Es importante conocer la forma en que nuestro cuerpo reacciona ante el estrés: cuánto ejercicio es bueno y cuánto puede ser demasiado estresante.

El centro de control del sistema reproductivo es la glándula pituitaria. Despierta los ovarios durante la pubertad y continúa actuando como el marcapasos del sistema de fertilidad durante los años reproductivos de la mujer.

Este eje pituitario puede verse afectado por muchas variables y una de ellas es el estrés crónico o agudo. El cuerpo cuenta con un mecanismo de defensa ante la posibilidad de que se dé un embarazo en presencia de estrés físico o emocional extremo, por lo que el cerebro ralentiza temporalmente o interrumpe el eje reproductivo, provocando problemas de fertilidad, períodos irregulares o ausentes.

Esto se ha visto en atletas altamente competitivas como gimnastas, bailarinas y corredoras de maratón, lo que no quita que en una población regular de deportistas y atletas, el peligro de la interrupción del ciclo esté también presente.

El estrés psicológico como se ve con el entrenamiento de ejercicio extenuante, se asocia con un aumento en el cortisol (una hormona de estrés suprarrenal). Este tipo de ejercicio puede conducir a la pérdida de peso al consumir más calorías de las que se consumen, lo que lleva a una disminución de la grasa corporal e interrumpe todo el ciclo menstrual. La mujer deja de ovular, el cuerpo es menos capaz de alimentar a un bebé y también se ha asociado a niveles bajos de la hormona del estrógeno que es necesaria para mantener los huesos sanos.

Si la mujer deja de menstruar, es una señal de advertencia de que el cuerpo está sometido a mucho estrés y tiene muy pocas reservas de energía para mantener un funcionamiento saludable. Esto es lo que se conoce como síndrome de la tríada de la atleta femenina. Según The American College of Sports Medicine (ACSM), la tríada femenina se refiere a patrones de alimentación desordenada, amenorrea (interrupción de la menstruación) y osteopenia (pérdida de masa ósea).

Conocer el propio cuerpo y cómo maneja el estrés es una tarea importante. Una forma de hacer que este trabajo de conocimiento sobre uno mismo sea más fácil es a través del Método Creighton. Al usar el Método Creighton, la mujer puede observar cómo y cuándo su cuerpo está siendo influenciado por demasiado estrés e identificar con certeza si sus ciclos cambian dramáticamente.

Tras la incorporación del trabajo intenso el patrón habitual que podría identificar en su registro es el de una producción limitada de moco cervical (esencial para la fertilidad y signo de ovulación) hasta experimentar incluso ciclos completamente secos inducidos por el estrés que el ejercicio provocó en su cuerpo.

Una regla general es que los programas de ejercicio deben comenzarse lentamente y aumentar en intensidad con el tiempo. Una intensidad de leve a moderada durante 30-60 minutos, dependiendo de la actividad, durante 4-6 días a la semana; poder ser capaz de mantener una conversación cuando se realiza la actividad física y beber mucho líquido durante y después del ejercicio, son recomendaciones saludables.

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