Durante cualquier tratamiento de fertilidad es importante mantener la salud física, pero también estar atentos a nuestra salud mental. Lo que pensamos y hacemos moldea lo que sentimos. Estos son algunos consejos que poniéndolos en prácica nos pueden ayudar a llenarnos de pensamientos que refuercen nuestro sentido y nos permitan continuar de forma saludable.
Céntrate en el presente
No puedes cambiar el pasado, así que deja de revivir el «debería tener» y «podría tener». Tampoco puedes controlar el futuro, pero sí permanecer en el mundo aquí y ahora dando lo mejor de ti mismo. Este es el único lugar donde realmente puedes elegir comportarte de una manera que puedas ayudarte a dar pasos hacia adelante reduciendo el estrés y la ansiedad.
Practica el autocuidado
Puede ser muy difícil pensar en cuidarse, especialmente cuando sabemos que algo en nostros no funciona como desearíamos, pero es importante tratarse con amor. Duerme lo suficiente, incopora ejercicio, vístete bien, tómate momentos de relajación y manténte arreglado. Amarse con hechos prácticos y de manera sistemática nos puede ayudar a mantenernos enfocados con la conciencia de que el centro de nuestras experiencias es el amor que vive en nosotros. Si no vivimos el amor con nosotros mismos en las pequeñenas cosas, difícilmente lo haremos con los demás en las más grandes.
Habla contigo mismo
Ten una charla contigo mismo. Esto puede ser muy liberador. Los demás pueden darte opiniones y valiosos consejos, pero tal vez sus palabras no tengan el mismo efecto que las tuyas. Tu eres el que está viviendo esta exeriencia y mirar hacia adentro para encontrarte contigo puede ser muy revelador y guiarte, cambiando tu estado estado de ánimo para mejor. ¡Pruébalo!
Comparte con otros
Hay muchas razones para ser reacios a hablar sobre la infertilidad con familiares, amigos o en el lugar de trabajo. Es posible que desees mantener en privado los comentarios, ya que no deseas escuchar nada más y tampoco sientes que te pueden comprender. El resultado es que puedes sentirse aislado justo cuando más necesitas comprensión y apoyo. Usa los recursos que tienes como la compañía de un matrimono mentor que ya ha pasado por el preceso de Naprotecnología. Las emociones pueden ser mejor manejables cuando se dicen en voz alta con alguien que ya ha pasado por donde estás ahora, que cuando están zumbando en tu cabeza
Piensa en positivo
Podemos elegir pensar de una manera nueva y el resultado puede llevarnos a un lugar diferente del que habíamos pensando, incluso mejor. Por ejemplo, cuando nos enfocamos en pensamientos sin esperanza, fácilmente podemos caer en la creencia de que nada vale la pena. Este proceso de pensamiento es una de las principales razones por las que los pacientes abandonan el tratamiento de fertilidad. Pensar en postivo nos ayuda a vivir el proceso independientemente del resultado, sabiendo que aspiramos a lo que es mejor para nosotros.
Comprueba si hay depresión
La depresión leve puede hacer que te sientas cansado y triste. Una depresión más severa puede significar llanto frecuente, pérdida de apetito y desesperación. Todos los signos de depresión deben tomarse en serio y abordarse para garantizar que el sufrimiento se alivie lo antes posible. Ya sea que se desencadene por la terapia hormonal, la pérdida recurrente del embarazo, la dilaación de los tiempos del tratamiento, o el estrés financiero. Recuerda que existe ayuda. Habla con tu médico o tu monitora que te acompaña acerca de la derivación para terapia con un profesional. Un cambio o interrupción en el tratamiento de fertilidad también pueden ayudar en el momento que sea necesario.
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